Una visión docente y profesional

28-07-2010

"La sustentabilidad se ha transformado en una frase hecha. Mejor, no hables de sustentabilidad... ¡sólo hazlo!”

Glenn Murcutt
Arquitecto australiano Premio Pritzker 2002


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UNC UCC UBP 2010

UNC UCC UBP 2010
CONSIDERACIONES GENERALES

La arquitectura sustentable, también denominada arquitectura sostenible, arquitectura verde, eco-arquitectura y arquitectura ambientalmente consciente, arquitectura bio-climática es un modo de concebir el diseño
arquitectónico de manera sostenible, buscando aprovechar los recursos naturales de tal modo que se minimice el impacto ambiental de los edificios sobre el medio ambiente y sus habitantes.
Los principios de la arquitectura sustentable incluyen:
la consideración de las condiciones
climáticas, la hidrografía y los ecosistemas del entorno en que se construyen los edificios, para obtener el máximo rendimiento con el menor impacto ambiental.
La eficacia y moderación en el uso de materiales de construcción, primando los de bajo contenido energético frente a los de alto contenido energético.
La reducción del consumo de
energía para calefacción, refrigeración, iluminación y otros equipamientos, cubriendo el resto de la demanda con fuentes de energía renovables.
la minimización del balance energético global de la edificación, abarcando las fases de diseño, construcción, utilización y final de su vida útil.
El cumplimiento de los requisitos de
confort higrotérmico, salubridad, iluminación y habitabilidad de las edificaciones.

Estos principios básicos conducen a la formulación de un diseño arquitectónico con características de INTEGRAL, INTEGRADO e INTEGRADOR, no solamente en relación al medio ambiente cultural, sino, y tan importante como lo anterior, en relación al medio ambiente natural.


INTEGRAL
En cuanto el diseño debe abarcar la totalidad del hecho arquitectónico, con todas sus implicancias funcionales, formales, espaciales, tecnológica, técnica y económica.

INTEGRADO
En cuanto la obra, resultante del diseño arquitectónico materializado, debe asumirse como un hecho socialmente trascendente, entroncado profundamente en una realidad cultural y natural a la que debe dar respuestas válidas y duraderas.

INTEGRADOR
En cuanto el hecho construido debe propender a configurar un HABITAT que posibilite las múltiples relaciones e interacciones, enriqueciéndolas al brindar un ESPACIO VITAL para el crecimiento y desarrollo pleno del ser humano en sus dimensiones personal, familiar y social.

FUNDAMENTOS:

El superlativo nivel de degradación y contaminación que experimenta nuestro mundo en la actualidad exige que todas las acciones humanas estén imbuidas de criterios conservacionistas y tiendan a la protección, recuperación y restauración paulatina del hábitat natural y cultural en todos aquellos aspectos que han experimentado y experimentan las secuelas de dichas intervenciones.
Las obras de arquitectura constituyen intervenciones ambientales que afectan al medio donde están localizadas y materializadas.
Esta afectación se manifiesta de diversas formas y con heterogénea intensidad, provocando efectos o consecuencias de distinto carácter, algunas veces positivas y otras negativas.
Las Universidades, como formadoras de profesionales de diversas disciplinas, y las Facultades de Arquitectura en particular, no pueden considerarse al margen de esta tarea y deben enfocar sus esfuerzos en incentivar el respeto irrestricto de los factores condicionantes presentes en el medio natural y cultural en el que pretende implantar la obra de arquitectura, de modo tal que se produzca un diálogo, una integración, una simbiosis, donde tanto el medio como la obra mantengan su identidad e individualidad, resaltándose cooperativamente el carácter propio de cada uno.
La Arquitectura, como creadora y configuradora de espacios aptos y adecuados para el desarrollo de las actividades humanas no puede automarginarse de esta importante labor, y desde el diseño tiene la obligación y la grave responsabilidad de aplicar todos los conocimientos que dicha disciplina involucra en la búsqueda y realización de las mejores alternativas funcionales, formales y técnicas.

OBJETIVOS GENERALES:

Enmarcados en los objetivos de la Universidad Nacional de Córdoba y de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño en relación a la Extensión se propone:

Establecer vínculos con otras unidades académicas del medio con el propósito de intercambiar experiencias docentes y profesionales relacionadas con la temática ambiental y su vinculación con la arquitectura.

OBJETIVOS PARTICULARES:

Conocer y reconocer las diferentes perspectivas relacionadas a la temática aplicadas a la tarea docente y la experiencia profesional, abarcando lo metodológico, lo científico, lo formal, lo funcional, lo técnico, lo económico y lo político.
Enfocar los intereses de los estudiantes de arquitectura en principios de sustentabilidad que den como resultado proyectos arquitectónicos respetuosos del medio ambiente natural y cultural
Formar conciencia ambiental involucrando todas las etapas por las que atraviesa la creación arquitectónica: proyecto, materialización, uso, refuncionalización, reciclado, demolición.

COMITÉ ACADÉMICO

Arqto Jorge Alejandro ÁLVAREZ
Profesor Titular

Arqta Susana GUZZETTI de GIOVANOLA
Profesor Adjunto

Arqta Lorena CARRIZO MIRANDA
Arqto Jorge Carlos BRUHN
Arqto Víctor Miguel Ángel DUBOUE
Arqto Juan José QUARGNENTI
Profesores Asistentes

Colaborador
Sr. Guillermo Alejandro ASIS
Alumno Adscripto y Tutor

Arqto Jorge Alejandro ÁLVAREZ
Especialista en Docencia Universitaria (UTN)
Profesor Titular
Cátedra CONSTRUCCIONES I “A”

Interés Académico

Interés Académico
CONSTRUCCIONES 1A 2010 ENTRADA LIBRE Y GRATUITA

8.5.10

Construcción sustentable

El sector construcción es identificado como uno de los que más afecta el medio ambiente, debido a la cantidad de recursos naturales que consume, al volumen de residuos que genera y a la cantidad de CO2 que emite con su operación, producido, entre otras razones, por los combustibles fósiles empleados en el transporte de materias primas.

En el tema de los recursos naturales, se estima que mundialmente, los edificios consumen el 17% del agua potable, el 25% de la madera cultivada y entre 30% y 40% de la energía .

En cuanto a los residuos, éstos provienen de la construcción y demolición de las obras como tal, del transporte de los materiales, de un almacenamiento inadecuado, sumado a los embalajes y al material que sobra de hacer las piezas para las obras con las medidas requeridas. Se estima que cada habitante genera más de una tonelada de residuos al año.

Conscientes del daño generado, urbanistas, arquitectos, constructores y agentes inmobiliarios, han entendido que el paradigma de adaptar el medio a las necesidades del hombre puede cambiarse por uno donde los proyectos se adaptan al medio, respetando las condiciones naturales que los lugares poseen sin que ello represente sacrificio alguno de la comodidad y la modernidad para los usuarios .

A partir de esta reflexión, ha tomado fuerza la construcción sustentable o sostenible, tendencia que se dirige hacia a una reducción de los impactos ambientales causados durante todo el ciclo de vida de las edificaciones, incluyendo las etapas de construcción, uso y derribo de los edificios y por el ambiente urbanizado.

El desarrollo de la tendencia

En las últimas décadas se empezaron a incorporar en el sector algunos elementos que hoy hacen parte de la construcción sostenible, como: la arquitectura bioclimática, que pretende aprovechar las condiciones climáticas y el entorno del lugar de la edificación para darle mejores condiciones térmicas; la optimización del consumo de agua usando la lluvia, con lo que se pueden construir parques habitacionales abastecidos en un 50% por este método ; los ecomateriales, elaborados a partir del reciclaje o la reutilización de residuos de todo tipo, como por ejemplo los resultantes de construcción y demolición, de los cuáles se generan diariamente 7500 toneladas en el Valle de Aburrá.

De otro lado, ahora los proyectos de construcción deben ser concebidos con la perspectiva del Análisis de Ciclo de Vida, con lo que se garantiza que la construcción cumplirá con parámetros de calidad técnica y ambiental, sin desconocer su viabilidad económica.

A medida que se incorporan estas prácticas en las edificaciones, se ve la necesidad de contar con normas y estándares para evaluarlas y hacerles el respectivo reconocimiento.

Es el caso de la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Diseño Ambiental), creada por el Consejo Estadounidense de Construcción Sostenible. Se trata de un sistema de clasificación para las llamadas “edificaciones verdes”, en el cual se evalúan aspectos como la eficiencia energética y en aguas, materiales utilizados y el entorno, entre otros factores, para determinar qué tan amigable es la edificación con el medio ambiente. Hoy existen en el mundo más de 17000 proyectos certificados con este sello.

También existe otra certificación de este tipo, que obedece más al contexto europeo pero que de igual manera que el LEED puede ser susceptible de adaptarse a las condiciones de otros sitios, como es el caso del BREEAM (BRE Environmental Assessment Method).

Los beneficios

Además de lograr una disminución en el impacto ambiental, la tendencia hacia la construcción sustentable está orientada a satisfacer un usuario que cada vez está más preocupado por el deterioro del planeta y prefiere bienes amigables con el medio ambiente, incluyendo entre ellos sus lugares de vivienda y trabajo.

Además de mejorar la calidad de vida de quienes habitan los espacios verdes, en el mediano plazo estas edificaciones conllevan a un ahorro de dinero, pese a que los costos iniciales pueden parecer mayores.

Según la revista Dinero “un proyecto de construcción sostenible puede costar entre un 10% y un 15% más que una construcción tradicional. Pero en la medida que en se desarrollan el mercado de proveedores, materiales y profesionales capacitados se va reduciendo su costo. Hoy, en Estados Unidos no hay diferencias significativas entre los costos de los edificios LEED y los no certificados.

Además, diversos estudios muestran que el valor adicional inicial se ve más que compensado durante la operación: hay menores costos, un mayor valor del edificio y de su canon de arrendamiento, así como una mayor tasa de ocupación, que redunda en un mayor retorno de la inversión. Y es que los edificios con certificación LEED tienen ahorros de al menos 30% en energía, 35% en emisiones de carbono, entre 30% y 50% en agua y entre 50%-90% en costos de desechos; esto sin contar la mejora en la salud y la productividad de los empleados.”

fuente http:http://www.contacto-i.org/